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Es un alimento poco consumido en el país, pero en el mundo causa furor por su aceptación
Después de enfrentar cinco años de bajos niveles en la producción, los productores de ciruela deshidratada en Argentina vislumbran una fuerte recuperación en los volúmenes de cosecha, de más de un 50%.
Luego de cinco años de declive en la producción, los productores de ciruela deshidratada en Argentina anticipan una notable recuperación en los volúmenes de cosecha, con un aumento proyectado de más del 50%. Según un informe del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), las estimaciones para este año indican una producción en Mendoza de 121.245 toneladas frescas, lo que se traduciría en 40.000 toneladas secas destinadas a la industria.
Este repunte es particularmente relevante, considerando que la cosecha promedio de los últimos años no superó las 65.000 toneladas frescas. Si se cumplen estas expectativas, los productores recuperarán el promedio de los últimos diez años, estimado en 30.000 toneladas secas.
Francisco Araujo, coordinador del Clúster de Ciruela de Industria de Mendoza, comentó: “Para esta campaña 2024 tuvimos un clima muy benigno. No hubo heladas en el momento crítico de la floración, lo que nos permitirá tener una cosecha aceptable, con mayor cantidad que en años anteriores”.
A pesar de este panorama optimista, Araujo señaló que existe una preocupación “lógica” entre los productores por una posible presión sobre los precios, debido a los altos niveles de inventario de un producto destinado en más del 90% al mercado internacional.
“Con una oferta de ciruelas que supera al menos en un 50% lo que veníamos produciendo, surge la preocupación de que podría parecer que hay un exceso de oferta de ciruelas”, expresó.
Sin embargo, aclaró que esta situación aún no está confirmada, ya que la cosecha no ha comenzado y el nuevo año comercial empieza a finales de febrero, momento en el cual se establecerán los precios.
Este año se espera una producción de más de 120.000 toneladas de ciruela fresca
Enzo García, productor del departamento de General Alvear, quien cultiva frutales, viñedos, hortalizas y ganadería, afirmó: “A pesar de ser un año excelente para las ciruelas deshidratadas, los precios son desalentadores”.
García reveló que no pudo vender toda la ciruela del año pasado y aún tiene algunos kilos del año anterior. En este contexto, advierte que los precios actuales apenas cubrirían los costos del secado de la fruta.
Con 32 años de experiencia en esta actividad, que heredó de su padre, García comenzará a cosechar en dos semanas. Cuenta con 12 hectáreas de ciruela, que producen 300.000 kilos de fruta fresca. Para este año, espera superar los 400.000 kilos.
Localización
El negocio de la ciruela se concentra principalmente en la provincia de Mendoza, especialmente en el sur, donde se encuentra el 80% de la superficie cultivada y el 90% de la industria. Más del 90% de la producción se exporta, mientras que el consumo interno es bajo, alrededor de 2.000 toneladas anuales. Los principales mercados de destino son Brasil, Rusia, Estados Unidos y Europa.
“En los últimos años, Argentina ha visto una disminución en su producción, que históricamente había alcanzado niveles más altos. Esto ha reducido la superficie cultivada de 17.000 a 10.000 hectáreas, afectando la presencia argentina en los mercados internacionales debido a una oferta exportable menos abundante y consistente”, comentó Araujo.
Según el informe del IDR, la superficie productiva ha disminuido desde la temporada 2010/11, alcanzando este año, según el censo de productores de ciruela de 2021, 9.657 hectáreas productivas (plantaciones de 6 a 40 años).
En el mercado externo, Argentina compite con Chile, el principal productor y exportador de este tipo de ciruela en el mundo. Chile produce y exporta tres veces más que Argentina, con una superficie similar. Chile cuenta con 12.000 hectáreas frente a las 10.000 argentinas, pero es más eficiente debido a factores climáticos y macroeconómicos.
Araujo señaló que Chile tiene una gran ventaja competitiva sobre Argentina gracias a tratados de libre comercio con muchos países, que le permiten vender la ciruela a un mejor precio. Por ejemplo, en Europa, Chile entra sin arancel, mientras que Argentina enfrenta un gravamen del 10%. En China, el producto argentino tiene un arancel del 30%. “Cada vez que intentamos abrir un mercado, es muy difícil porque nuestro principal competidor tiene una política de comercio exterior mucho más abierta y agresiva que la de Argentina”, destacó.
Otro mercado importante es Rusia, cliente de Argentina desde 2000, que ha estado entre los principales destinos de exportación. Según un informe del Observatorio Ciruela Industria, en 2021, antes del inicio de la guerra con Ucrania, se exportaron 1.316 toneladas a Rusia, ubicándose en segundo lugar después de Brasil, con 6.856 toneladas.
Con el inicio de la invasión a Ucrania, se suspendieron los envíos a Rusia, aunque algunas empresas están comenzando a retomarlos. Sin embargo, los problemas económicos derivados del conflicto han reducido el consumo.
Araujo sostuvo que los “dos mayores desafíos de este sector, que genera mucho empleo y arraigo territorial en Mendoza, son: la incorporación de tecnología en las fincas y la creación de mecanismos de comercio exterior que permitan a Argentina competir de igual a igual con Chile en este producto, especialmente valorado por sus cualidades alimenticias en todo el mundo. Producimos alimentos saludables para el mundo”.
Fuente: LA NACION
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